Un sistema para proteger las casas de las inundaciones, otro para evitar que el oído se caliente durante largas conversaciones por móvil, una crema de depilar que reduce la celulitis o un chupete aromatizado para los bebés con congestión nasal, son solo una muestra de la imaginación de inventores de todo el mundo.
Más de setecientos expositores de 45 países y un millar de inventos se dieron cita en la última edición del Salón Internacional de los Inventos de Ginebra, que, casi cuarenta años después de su primera edición, ha vuelto a demostrar que, al margen de las crisis económicas, lo que nunca faltan son nuevas ideas.
Si en el pasado Mundial de Fútbol celebrado en Sudáfrica las "vuvuzelas" rivalizaron en protagonismo con el argentino Lionel Messi, el brasileño Kaká o el autor del gol que le
valió a la selección española el campeonato, Andrés Iniesta, en la próxima gran cita con el deporte rey seguro que no falta el invento ideado por Roberto Riber Arzabala.Capaz de llegar a los 108 decibelios, la bocina ideada por Riber es solo un ejemplo de que, aunque lo parezca, no todo está inventado y, si lo está, siempre se puede hacer "más y mejor".
Del total de inventos presentados en el salón, el 79 por ciento ha sido creado por empresas, instituciones o universidades, y el 21 por ciento por particulares, personas que, en muchas ocasiones, aparcan temporalmente su profesión habitual tras habérseles "encendido la bombilla" y haber decidido dar una oportunidad a su invento.
Un ejemplo de ello es Francisco Javier Garcés, metalúrgico de profesión y creador de un chupete que ayudará a descongestionar la nariz de los más pequeños con un mecanismo que puede parecer sencillo, pero que no se le había ocurrido a nadie antes.
Un trozo de algodón dentro de un pequeño compartimento del chupete, unas gotitas de esencias descongestionantes, de romero o de pino, y listo: los niños con tos o con mocos pasarán una noche de lo más calmados.
"Tengo dos hijos y los dos han sido siempre muy mocosos. Se pasaban la noche tosiendo y no nos dejaban dormir. El médico nos propuso utilizar unos parches mentolados, pero eran demasiado fuertes, preferíamos algo más natural. Probamos con esta idea y ya la primera noche el niño durmió de un tirón y nosotros quedamos encantados", relata Garcés en una entrevista con EFE.
Para que un invento tenga éxito, no hace falta que tenga una tecnología superavanzada: basta con que ayude a facilitar las tareas más cotidianas. La fregona, las aceitunas sin hueso y las ideas de Salvador Alimbau, un veterano inventor que participa en el salón de Ginebra desde 1981, son un buen ejemplo de ello.
Carmen de Águeda.
Efe-Reportajes.
El español Riber Arzabala ha presentado la vuvuzela del futuro.
No hay comentarios:
Publicar un comentario