La Feria Mundial de 1939 celebrada en Nueva York pretendió abrir una puerta al futu
ro tra s años de depresión y crisis económica en el país. Las grandes industrias apostaron po r la innovación y la tecnología e intentaron presentar al público inventos y artilugios más propios de la ciencia ficción que de la realidad. La empresa e
Mecanismo robot Elektro (imagen davidszondy )
Stadounidense Westinghouse fue una de las que llegó a impresionar con sus proyectos presenen directo aquello que solamente había podido con templar en películas o en
ta dos. Por primera vez, el público tendría la oportunidad de ver novelas de ciencia ficción: un robot Joseph Barnett, ingeniero de Westinghouse, logró crear a Elektro, un artilugio lo suficientemente sofisticado para la época y capaz de dejar boquiabiertos a los presentes.
Elektro era un humanoide que medía 2 metros y 10 centímetros y pesaba 120 kilos, aproximadamente. Era capaz de realizar 26 movimientos diferentes, así como fumar y caminar. También tenía los sentidos desarrollados: podía ver gracias a unas células fotoeléctricas insertadas en sus ojos, y hablar, fruto de un aparato reproductor incorporado con un disco en el que había grabadas 700 palabras.
Los visitantes del stand de Westinghouse quedaron impresionados con lo que estaban viendo. El progreso había llegado y se estaba dando un importante paso hacia el futuro.
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