Usando sus patas delanteras, la chinche acuática gigante atrapó a la tortuga e insertó su nostrum (o pico) en el cuello de la víctima, para así alimentarse.
Y como se sabe que estos insectos solamente atacan a sus presas cuando estas están en movimiento, es probable que la chinche -de 58 mm- capturara y matara a la joven tortuga antes de alimentarse de ella.
En anteriores oportunidades, el Dr. Ohba también ha fotografiado a chinches acuáticas gigantes cebándose de serpientes.
Los nombres de la bestia
Los gustos carnívoros de estas chinches le han valido el apodo de "mata peces gigante".
Y la atracción que sobre ellas ejercen las luces artificiales ha hecho que también se las conozca como "chinches de la luz eléctrica".
En Estados Unidos también las llaman "muerde pulgares", pues en ocasiones se han reportado mordeduras en contra de nadadores desprevenidos
Y, según el científico, sus observaciones obligan a repensar lo que comúnmente se piensa sobre las dinámicas depredadores-presas en los hábitats de agua dulce.
"Todo el mundo piensa que los insectosLethocerinae se alimentan de peces y ranas. Y aunque comerse a una tortuga o una serpiente es raro, (esta evidencia demuestra) la voracidad de sus hábitos alimenticios", dijo el Dr. Ohba.
Las K. deyrolli son nativas del Japón, y por lo general se las encuentra en plantaciones de arroz, donde se alimentan principalmente de pequeños peces y ranas.
Pero su número ha disminuido significativamente durante los últimos 40 años, principalmente a causa de la destrucción de su hábitat y contaminación de agua, por lo que la Agencia Japonesa para el Medio Ambiente la incluyó en su lista de especies en peligro de extinción.
Ni las serpientes se escapan de las K. deyrolli.
Las chinches acuáticas gigantes son las más grandes del orden de las chinches (Hemiptera) y los miembros de la subfamilia Lethocerinae se encuentran en charcas, lagos y arroyos y ríos con poca corriente en el este de Asia y Nor y Sur América.
Los Lethocerus pueden llegar a medir hasta 15 cm. de largo, son nocturnos y pueden volar, por lo que aprovechan la luna llena para migrar.
Su picadura es venenosa y la usan para someter a sus presas. Cuando muerden a un ser humano, su saliva produce un dolor similar al de una quemadura, que puede durar varias horas.
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