jueves, 10 de febrero de 2011

Si mira cuando lo inyectan, no le va a doler tanto

Lo que usted mira puede influir en la cantidad de dolor que siente, revela un estudio.


Contrariamente a la compulsión de muchas personas a mirar hacia otro lado durante un evento doloroso, como una inyección, los científicos descubrieron que observar puede servir como analgésico.
Y el equipo también demostró que magnificar el tamaño de la zona del cuerpo que sufre, para hacer que parezca más grande, disminuye aún más el
dolor.
El estudio, publicado en Psychological Science, arroja luz sobre cómo el cerebro procesa el dolor.
Los investigadores dicen que una mejor comprensión de este mecanismo podría conducir a nuevos tratamientos para algunas enfermedades crónicas.

¿Mirar hacia otro lado?

En la investigación de la Universidad de Londres (UL) y la Universidad de Milán-Bicocca, que fue financiado por el Consejo de Investigación de Biotecnología y Ciencias Biológicas (BBSRC), participaron 18 voluntarios.
Los científicos aplicaron una sonda de calor en la mano de cada participante, aumentando gradualmente la temperatura. Tan pronto como se empezó a sentir dolor, la sonda se retiró y se midió la temperatura.
Patrick Haggard, profesor de neurociencia cognitiva de la UL, explica: "Esto nos da una medida del umbral del dolor, y es una manera segura y fiable de medir cuándo las vías cerebrales que ponen de manifiesto el dolor se activan".
Los científicos utilizaron un conjunto de espejos para manipular lo que los voluntarios veían.
El equipo vio que los voluntarios podían tolerar un promedio de 3ºC más de calor cuando veían su mano en el espejo, en comparación con cuando su mano estaba oscurecida por un bloque de madera.
Haggard señala: "Siempre les aconsejo a los niños que no miren cuando están recibiendo una inyección o se les toma una muestra de sangre, pero hemos descubierto que mirar el cuerpo es analgésico: sólo mirarlo reduce los niveles de dolor.
"Así que mi consejo sería mirar el brazo, pero tratar de no ver la aguja, si eso es posible".

Dolor mental

En otro experimento, los investigadores utilizaron espejos convexos para aumentar la apariencia de las manos del participante. Vieron que al hacerlo los voluntarios eran capaces de tolerar temperaturas más altas.
Por el contrario, cuando el equipo hizo que las manos de los voluntarios se vieran más pequeñas, su umbral del dolor disminuyó.
Los investigadores señalan que el hecho de que los niveles de dolor sean directamente proporcionales al tamaño en el que es visto cuerpo les ayuda a comprender mejor las bases neurológicas del dolor.
Haggard explica: "Sabemos mucho sobre las vías que llevan las señales de dolor del cuerpo al cerebro, pero sabemos bastante menos acerca de cómo el cerebro procesa estas señales una vez que llegan.
"Nuestro interés se centra en la relación entre la experiencia del dolor y la representación que el cerebro hace del propio cuerpo.
"Y hemos hallado que hay una interesante interacción entre las conexiones visuales del cerebro y las conexiones del dolor en el cerebro".

Nuevos tratamientos

Los investigadores esperan que un mayor entendimiento sobre la ciencia que sustenta el dolor pueda ayudarles a encontrar a nuevos tratamientos para enfermedades crónicas.
La doctora Flavia Mancini, autora principal del artículo, dice: "Las terapias psicológicas para el dolor por lo general se centran en el origen del dolor, por ejemplo, al cambiar las expectativas o la atención.
"Sin embargo, pensar más allá del estímulo doloroso en nuestro propio cuerpo puede llevar a nuevos tratamientos clínicos".
Y los médicos dicen que esto es vital.
El doctor Paul Nandi, consultor en medicina del dolor del Centro del Manejo del Dolor del Hospital de la Universidad de Londres, explica: "El dolor es un problema enorme en el Servicio Nacional de Salud y en la sociedad en general.
"No tenemos cifras precisas, pero afecta a varios millones de personas en el Reino Unido y tiene un gran impacto en la calidad de vida.
"También produce una enorme carga económica - si nos fijamos en el dolor de espalda crónico solo, se estima que cuesta £16.000 millones (US$25.000 millones) por año.
Pero esto todavía es muy poco apreciado, y no ha recibido la misma atención y recursos que otras áreas que se perciben como 'emocionantes' en la profesión médica".

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