La exposición excesiva al ruido produce una transformación en la conducta. El individuo se convierte en un ser agresivo y violento. Así lo afirmó el siquiatra Milciades Romero, quien además calificó este tipo de contaminación ambiental como un mal que agobia cada dia más a la humanidad.
El especialista explicó que un alto porcentaje de ciudadanos no tiene conciencia de los problemas que genera la contaminación acústica “lo que hace el problema más grave, ya que no hay disciplina”.
Romero indicó que cuando una persona está expuesta a sonidos muy altos, aumentan las acciones y respuestas violentas que realiza y disminuye el rendimiento positivo en la conducta.
“Un ejemplo de un escenario que por su ambiente ruidoso genera trastornos del comportamiento son los comunes autobuses, en donde los pasajeros están expuestos a un nivel de contaminación por ruido muy elevado” agregó el especialista de la conducta humana.
En ese sentido el pasado miercoles se presentó un análisis, elaborado por la Dirección de Gestión Ambiental de la Alcaldía del Distrito Nacional (ADN), con apoyo de la Agencia de Cooperación Internacional del Japón (JICA), el cual precisa que en la citada zona se encontraron valores muy altos de contaminación por ruido, situándose por encima de los límites permisibles establecidos en las normas del país tanto en horario diurno como durante la noche.
Según el estudio realizado por la alcaldía, los mayores niveles de ruido se dan en la circunscripción número 3, que es la que tiene la más alta densidad, más colmadones y centros de diversión que operan hasta altas horas de la noche.
Entre las fuentes de contaminación por ruido aparecen una gran variedad de factores, como son las actividades industriales, las obras públicas, sirenas, vehículos en mal estado, música procedente de locales comerciales y automóviles a un volumen muy elevado así como otras actividades lúdicas y recreativas, que en su conjunto producen un “bullicio”, que de manera silente afecta la salud de sus habitantes.
Daño a bebés
Los bebés no escapan de esta realidad. Según explicó la pediatra Valentina Rodríguez se sospecha que hasta los ultrasonidos, “sonografías”, que le realizan a la madre en su proceso de gestación producen daños futuros en la audición. “Y qué decir si se desarrolla en un ambiente constantemente ruidoso”.
Los bebés no escapan de esta realidad. Según explicó la pediatra Valentina Rodríguez se sospecha que hasta los ultrasonidos, “sonografías”, que le realizan a la madre en su proceso de gestación producen daños futuros en la audición. “Y qué decir si se desarrolla en un ambiente constantemente ruidoso”.
Afirmó que un signo de alarma es cuando un niño habla muy alto “probablemente no se escucha”, lo cual genera poco rendimiento en clases.
“Las madres no tienen la costumbre de buscar ayuda cuando el niño presenta dificultad para escuchar. Las consultas por esos casos son mínimas” agregó.
Dijo que una vez se detecta el problema, el niño es referido al especialista, pero aunque pueden ser problemas momentáneos la pediatra recomienda darle seguimiento.
En tanto que el otorrinolaringólogo Freddy Ferreras precisó que el ruido puede tener dos efectos. El primero es el Trauma Acústico por Ruido, el cual se produce por la exposición repentina a un sonido mayor de 80 decibeles. Este puede provocar un zumbido y en ocasiones remotas la pérdida de audición.
El otro de los casos ñexplicó Ferreras- es la exposición de menor intensidad que la primera, pero constante.
Esta va destruyendo poco a poco las células del interior del oído. La pérdida de audición puede aparecer entre 5 a 20 años, dependiendo del tipo de ruido y la intensidad.
“Lo malo de este tipo de afección es que el paciente no se percata que está perdiendo la audición hasta que ya el problema es irreversible. Este se denomina Trauma Acústico Agudo.” afirma
Los pacientes más comunes que recibe el especialista son consecuencia del segundo padecimiento, ocasionados regularmente por la utilización de audífonos y empleos en lugares ruidosos sin protección.
Dijo que el oído humano no está preparado para estar expuesto a sonidos mayores de 80 decibeles.
La exposición excesiva al ruido produce una transformación en la conducta. El individuo se convierte en un ser agresivo y violento. Así lo afirmó el siquiatra Milciades Romero, quien además calificó este tipo de contaminación ambiental como un mal que esta agobiando cada dia mas a la humanidad.
El especialista explicó que un alto por ciento de las personas no tienen conciencia de los problemas que genera la contaminación acústica “Lo que hace el problema más grave, ya que no hay disciplina”.
Romero indicó que cuando una persona está expuesta a sonidos muy altos aumentan las acciones y respuestas violentas que realiza y disminuye el rendimiento positivo en la conducta.
“Un ejemplo de un escenario que por su ambiente ruidoso genera trastornos del comportamiento sonlos comunes autobuses,en donde los pasajeros están expuestos a un nivel de contaminación por ruido muy elevado” agregó el especialista de la conducta humana.
En ese sentido el pasado miercoles se presentó un análisis, elaborado por la Dirección de Gestión Ambiental de la Alcaldía del Distrito Nacional (ADN), con apoyo de la Agencia de Cooperación Internacional del Japón (JICA), el cual precisa que en la citada zona se encontraron valores muy altos de contaminación por ruido, situándose por encima de los límites permisibles establecidos en las normas del país tanto en horario diurno como durante la noche.
Según el estudio realizado por la alcaldía, los mayores niveles de ruido se dan en la circunscripción número 3, que es la que tiene una más alta densidad, más colmadones y centros de diversión que operan hasta altas horas de la noche.
Entre las fuentes de contaminación por ruido aparecen una gran variedad de factores, como son las actividades industriales, las obras públicas, sirenas, vehículos en mal estado, música procedente de locales comerciales y automóviles a un volumen muy elevado así como otras actividades lúdicas y recreativas, que en su conjunto producen un “bullicio”, que de manera silente afecta la salud de sus habitantes.
Afecta los bebés
Los bebés no escapan de esta realidad. Según explicó la pediatra Valentina Rodríguez se sospecha que hasta los ultrasonidos “sonografías” que le realizan a la madre en su proceso de gestación produce daños futuros en la audición. “Y qué decir si se desarrolla en un ambiente constantemente ruidoso”.
Los bebés no escapan de esta realidad. Según explicó la pediatra Valentina Rodríguez se sospecha que hasta los ultrasonidos “sonografías” que le realizan a la madre en su proceso de gestación produce daños futuros en la audición. “Y qué decir si se desarrolla en un ambiente constantemente ruidoso”.
Afirmó que un signo de alarma es cuando un niño habla muy alto “probablemente no se escucha”, lo cual genera poco rendimiento en clases.
“Las madres no tienen la costumbre de buscar ayuda cuando el niño presenta dificultad para escuchar. Las consultas por esos casos son mínimos” agregó.
Dijo que una vez se detecta el problema, el niño es referido al especialista correspondiente, pero aunque pueden ser problemas momentáneos la pediatra recomienda darle seguimiento, ya que puede ser el comienzo de una enfermedad degenerativa.
En tanto que el otorrinolaringólogo Freddy Ferreras precisó que el ruido puede tener dos efectos. El primero es el Trauma Acústico por Ruido, el cual se produce por la exposición repentina a un sonido mayor de 80 decibeles. Este puede provocar un zumbido y en ocasiones remotas la pérdida de audición.
El otro de los casos ñexplicó Ferreras es la exposición de menor intensidad que la primera, pero constante. Esta va destruyendo poco a poco las células del interior del oído. La pérdida de audición puede aparecer entre 5 a 20 años, dependiendo del tipo de ruido y la intensidad.
“Lo malo de este tipo de afección es que el paciente no se percata que está perdiendo la audición hasta que ya el problema es irreversible. Este se denomina Trauma Acústico Agudo.
Los pacientes más comunes que recibe el especialista son consecuencia del segundo padecimiento,ocasionados regularmente por la utilización de audífonos y empleos en lugares ruidosos sin protección.
Dijo que el oído humano no está preparado para estar expuesto a sonidos mayores de 80 decibeles.
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